El presidente venezolano, Hugo Chávez, arrancó 2012 con una vitalidad que contrasta con el hombre calmado que luchó contra el cáncer en los últimos meses y reestructuró su fuerza política para enfrentar a una oposición vigorizada, cuando aún sobrevuelan los temores sobre su real estado de salud. En una vertiginosa saga, reorganizó la directiva de su partido, renovó la cúpula militar y anunció que se desprenderá de algunos funcionarios (como el vicepresidente, Elías Jaua, y el canciller, Nicolás Maduro) para enviarlos de candidatos a regiones dominadas por la oposición.

La apuesta busca sortear uno de los años más complejos de la vida política del mandatario, con rivales que atesoran sueños de poder para las elecciones presidenciales de octubre y con sondeos mostrando que le harán contrapeso, por primera vez en mucho tiempo. Varias encuestas sitúan la popularidad de Chávez entre el 50% y el 60%. Pero, si bien tiene un alto nivel de aceptación, eso no le garantiza el apoyo que lo lleve a extender sus 13 años de mandato. Mediciones de fines de 2011 muestran que su intención de voto estaba emparejada con la oposición, que elegirá en febrero a un candidato único en unas inéditas primarias.

Chávez asegura estar plenamente curado. Sin embargo, los médicos señalan que deben pasar años antes de que un paciente de cáncer pueda ser declarado en remisión y han advertido que la etapa de recuperación impediría que cumpla con las exigencias de una campaña. "El mensaje que quiere comunicar es que está en sus mejores momentos. Es obvio que no es así: la situación es distinta, el país es otro y él tiene el cáncer", sostuvo el analista Ricardo Sucre.

Henrique Capriles, el dirigente opositor con mayor opción de ganar las elecciones internas, consideró que la rendición de cuentas de nueve horas que el Presidente efectuó ante el Congreso hace dos semanas, fue "un maratón, una larga despedida", e ironizó al afirmar que "el problema es que cuando se está tantos años en el poder, cuesta mucho despedirse".

Mientras por un lado da señales de fortaleza, por el otro Chávez prepara una red de contención en el Partido Socialista Unido de Venezuela, con varios cambios; uno de más significativos fue promover como nuevo titular del Poder Legislativo a Diosdado Cabello, quien fue su vicepresidente y dio la orden para rescatarlo en 2002, tras un breve golpe de Estado. Hoy es un hombre de su absoluta lealtad, de gran influencia en la fuerza militar y ampliamente resistido por la oposición.